Las mitocondrias, las centrales eléctricas que se encuentran dentro de las células humanas, producen la energía que necesitan los tejidos vitales para mantenernos vibrantes, saludables y jóvenes. Los niveles normales de carnitina apoyan el funcionamiento óptimo de las mitocondrias. El problema es que con el tiempo, los niveles normales de carnitina disminuyen en todos nuestros tejidos, reduciendo la producción de energía celular y la actividad metabólica una de las principales causas de envejecimiento. La respuesta es la suplementación con carnitina, ya que la carnitina ayuda:
Mantener la actividad metabólica celular, ayudando en el transporte intracelular de ácidos grasos a partir del espacio  extracelular de células a las mitocondrias donde se oxidan las grasas para generar energía celular.
Prevenir el exceso de acumulación intracelular de desechos
Apoya a una concentración saludable de óxido nítrico, que ayuda a las células endoteliales a relajarse y mantener el  flujo sanguíneo apoyando una adecuada tensión arterial.
Mantener composición de grasa corporal saludable, que a su vez mejora la sensibilidad a la insulina y los niveles de azúcar de sangre sanos ya dentro de un rango normal.
Apoya las Defensas naturales células de soporte del cerebro “contra la memoria relacionada con la edad y el decline cognitivo.
EN PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL CRONICA:

L -carnitina, un nutriente ácido amino crucial para el manejo de la energía celular, puede desempeñar un papel vital en la prevención y manejo de la enfermedad renal (Kendler 1986; Matera 2003). La deficiencia de carnitina es en sí mismo un factor causal conocido en el desarrollo de la enfermedad renal. Por el contrario, los pacientes con enfermedad renal frecuentemente desarrollan deficiencia de carnitina, especialmente aquellos en diálisis. La Terapia con carnitina se sabe que conduce a mejoras en muchas de las complicaciones relacionadas con la enfermedades  renales, incluyendo las enfermedades cardiovasculares, anemia refractaria a la terapia con eritropoyetina, disminución de la tolerancia al ejercicio, debilidad y fatiga (Matera 2003).
Como se señaló anteriormente, los pacientes con ERC están en alto riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares, incluyendo ataques al corazón y la insuficiencia cardíaca. Esto se cree que está relacionada, en parte, al estrés oxidativo masivo inducido por la enfermedad renal y, en parte, a la a la inadecuada producción de energía en los tejidos cardíacos inducidos por la deficiencia de carnitina (Calo 2006). El resultado frecuente de estos factores interrelacionados es un deterioro masivo de la energía, la tolerancia al ejercicio, la calidad de vida, y tal vez, la longevidad (Schneider 2006).