“Sublata causa tollitur effectus”

La disrupción y disregulación energética en la producción de energía a nivel mitocondrial se han instituido en la base de la pirámide conceptual y son a su vez la punta del iceberg que se puede apreciar del conjunto de trastornos metabólicos que promueven, mantienen el inicio, progresión de los canceres como entidades anárquicas, no propias, inmortalizadas con una angiogénesis desordenada, consumo de sustratos (glucosa, glutamina, lactato, etc.) de una manera hipermetabólica voraz pero a su vez frágil e ineficiente.

El metabolismo en los canceres sufre una vicariación retrograda en cuanto a la obtención de energía (fermentación) en un intento adaptativo de mantener la independencia de la producción energética aeróbica normal del cuerpo en condiciones de salud óptima.

Así mismo el enfoque para tal desafío ( no solo ayudar a paliar, tratar, curar-sanar ) requiere retomar hábitos saludables olvidados ( baños de agua fría, baños de sol, caminar descalzo en el césped, reestructurar, ionizar, activar molecularmente el agua, optimizar la respiración profunda abdominal y de reja costal inferior, hacer ejercicio para mejorar la fuerza y elasticidad de los tejidos, yoga, taichí, qigong, activar la predominancia del parasimpático a través de la meditación, visualización, oración, etc.) tanto en los médicos tratantes como en los pacientes.

En la rehabilitación y reprogramación metabólico-energética con suplementos a dosis supra fisiológicas y meta-nutricionales de  análogos estructurales e inhibidores competitivos, además de la optimización de:  hormonas naturales, aminoácidos, neurotransmisores, medicamentos alopáticos, dieta cetogénica, agentes redox, pro-drogas,  cofactores enzimáticos, etc., con efectos antiinflamatorios, inmunomoduladores, anti-catabólicos, pro-oxigenantes, pro-anabólico-estructurantes y horméticos bajo estricta supervisión tanto de laboratorio como de un equipo interdisciplinario tratante se constituye en la macro-herramienta deseable, atinada  y altamente eficiente.

 

No, no, usted no está pensandosólo está siendo lógico” Niels Bohr

 

Si bien hoy en día el paradigma oficial es que el cáncer es una enfermedad genética, esto es parcialmente cierto, entre un 5 – 10 % de los canceres son de origen genético, una nueva ciencia, la epigenética y la nutrigenómica nos ayuda a entender y esclarecer que la activación o inactivación de dichos genes depende de un estilo de vida saludable, de contaminación medioambiental, de la contaminación electromagnética, del aislamiento de la  Madre Naturaleza, de casi total dependencia de comidas desvitalizadas, falta de ejercicio, falta de autocuidado, abuso de la medicina alopática u oficial en el diagnóstico, tratamiento de las enfermedades en especial de las crónicas-degenerativas.

 

“La energía subyuga la materia”

Las enfermedades crónicas y degenerativas en un contexto amplio son “el intento adaptativo del organismo”para compensar las diferentes alteraciones bioquímicas, funcionales, estructurales, el Organismo como UN TODO moviliza todas sus reservas energéticas, de bionutrientes, para soslayar las injurias o noxas ( físicas, químicas, biológicas, emocionales, mentales, espirituales ) de una manera integral y así poder continuar con sus funciones de una manera óptima, sí tales reservas no son sustentadas, incrementadas ortomolecularmente, dicho intento compensatorio será o insuficiente o fallido y el paciente tendrá una convalecencia prolongada o tendrá secuelas deletéreas ya sean temporales o crónicas, hoy en día se reconoce que las llamadas “ enfermedades o síndromes” son en realidad intentos adaptativos fallidos que se prolongan en el tiempo y si no se “saturan los tejidos” con un abordaje sistémico e intensivo tales estados disarmónicos se mantendrán hasta el final de los días de cada persona.

El éxito de las terapias – medicinas metabólicas-funcionales, integrativas ES en la individualización, para cada paciente y no en la generalización que tanta iatrogenia ha traído a esta humanidad.

 

Antes de que se puedan evidenciar las enfermedades a nivel patológico, se dan síntomas y signos inespecíficos que se pasan inadvertidamente tanto por el medico como por los pacientes, las alertas se dan subjetivamente, falta de energía, disminución del apetito, alteración en la memoria, alteración en la temperatura corporal, disminución de la masa muscular,  deshidratación crónica, etc., reflejando entre otros una nutrición sub óptima o insuficiente, falta de ejercicio, falta de autocuidado responsable, síndrome de deficiencia de campo magnético, hipertoxicidad medioambiental, por drogas alopáticas, etc.

 

“El arte de la medicina consiste en divertir al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad.” Voltaire


Estamos ante la emergencia de nuevos paradigmas, en los que el paciente juega un papel esencial y determinante tanto como el médico o terapeuta que brinde lo que el primero está buscando y sobretodo necesitando, es pues una “escucha atenta” para un tratamiento “preciso, oportuno y altamente eficaz”.

 

Se reconoce que existe una SOLA MEDICINA (que es a su vez un arte y una ciencia), que como una enorme torta de 100 ó 200 pedazos o trozos se complementan y son interdependientes los unos a los otros, el arte es reconocer cual (es) de él o ellos son necesarios, útiles y pertinentes en cada momento cambiante para cada paciente oscilante.

 

Sin una “entrega profunda e integra” de los pacientes, médicos, terapeutas, en una sociedad que vea con compasión y sincero interés por el bienestar de sus gentes no hay realmente un cambio a nivel MACRO, esto está cambiando, pero muy lentamente, a pesar de esto, aún “sueño despierto” que algún día en un futuro no muy lejano estos ojos que algún día se apagarán para esta tierra podrán apreciar que no “soñé en vano”.

“Hoy sabemos más que ayer pero menos que mañana” Afortunadamente

 

“No hay progreso sin paradoja” Niels Bohr.

 

Viernes, 21 de diciembre de 2018, Dr Juan Manuel Martínez Méndez MD