La resistencia a la insulina es una afección endocrina común cuya prevalencia aumenta cada año en todo el mundo. Se caracteriza por síntomas asociados con el cuerpo no tiene una respuesta adecuada a la insulina, si no se trata esta condición progresará de manera constante en una condición médica grave.

Mientras que la medicina tradicional trata comúnmente esta condición con la terapia de reemplazo hormonal, tomando un enfoque de la medicina funcional a la resistencia a la insulina es una opción natural y eficaz.

La insulina es una hormona esencial para la gestión de los niveles de azúcar en sangre a lo largo del día. Creada en el páncreas, la insulina elimina el exceso de azúcar del torrente sanguíneo y lo almacena en el organismo para su uso posterior. Esto evita que se produzcan picos peligrosos de azúcar en sangre después de comer.

Actualmente se desconocen las causas específicas de la resistencia a la insulina. Se cree que las personas con mayores cantidades de tejido adiposo en todo el cuerpo (especialmente cuando se concentra en el tronco del cuerpo) aumentan el riesgo de experimentar síntomas de resistencia a la insulina. Factores como la edad, la etnia, los hábitos de vida y el tabaquismo también influyen en la gravedad de esta afección.

La resistencia a la insulina es un signo temprano de la progresión de un trastorno endocrino grave. Es frecuente que las personas con las siguientes enfermedades desarrollen resistencia a la insulina:

Diabetes de tipo II y prediabetes: estas enfermedades endocrinas se asocian al desarrollo de resistencia a la insulina con el paso del tiempo. Un índice de masa corporal (IMC) elevado y un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo de desarrollar prediabetes y diabetes de tipo II.

Síndrome metabólico – Caracterizado por la presencia de síntomas específicos, el síndrome metabólico aumenta el riesgo de que una persona desarrolle diabetes, cardiopatías y muchas otras enfermedades graves. El aumento de los depósitos de grasa en el tronco del cuerpo es un síntoma común de esta afección, que a su vez conduce al desarrollo de resistencia a la insulina.

En embarazo, pubertad y adultos mayores tiene carácter fisiológico

Se asocia a la aparición de varias patologías cardio-metabólicas

¿Qué es el síndrome metabólico?

El síndrome metabólico, a veces denominado síndrome de resistencia a la insulina o síndrome X, se caracteriza por obesidad abdominal, resistencia a la insulina (alteración de la regulación del azúcar en sangre), hipertensión arterial y niveles anormales de colesterol. Padecer síndrome metabólico aumenta el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Para ser diagnosticado de síndrome metabólico, deben darse tres o más de los siguientes factores: un perímetro de cintura superior a 35 pulgadas para las mujeres o 40 pulgadas para los hombres, un nivel de azúcar en sangre en ayunas superior a 100 mg/dl, un nivel de triglicéridos en ayunas superior a 150 mg/dl, un nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) en ayunas <50 mg/dl para las mujeres o <40 mg/dl para los hombres, y una tensión arterial superior a 130/85 mmHg.

El síndrome metabólico es una enfermedad provocada principalmente por el estilo de vida occidental, caracterizado por la falta de actividad física y unos hábitos alimentarios poco saludables. Aunque se originó en los países occidentales y es más frecuente en las poblaciones urbanas, se ha convertido en un problema mundial.

Los signos y síntomas del síndrome metabólico pueden incluir:

obesidad abdominal
triglicéridos elevados en ayunas
colesterol HDL bajo
hipertensión
resistencia a la insulina
glucemia elevada en ayunas


Los síntomas que suelen asociarse a la resistencia a la insulina incluyen:

aumento de la sed y el hambre
micción frecuente, especialmente por la noche
dolores de cabeza
visión borrosa
cicatrización lenta de las heridas
infecciones vaginales y cutáneas

Medidas no farmacológicas

La reducción de peso, realizar ejercicio intenso de una manera constante, controlar el estrés negativo, consumir ciertos suplementos clave como lo son acido alfa lipoico, complejo B, vitamina C, vanadio, cromo, selenio, zinc, etc., son las medidas terapéuticas más importantes para controlar, prevenir el síndrome de resistencia a la insulina