LECHE, QUESOS Y OTROS LÁCTEOS
LISTADO DE LAS CIEN ENFERMEDADES VINCULADAS CON LOS LÁCTEOS
Enfermedades respiratorias.
Asma bronquial- Sinusitis y Pólipos de senos paranasales- Rinitis- Fiebre de Heno-Amigdalitis-Angina roja y pultácea-Faringitis- Laringitis-Pólipos laríngeos- Bronquitis Aguda y Crónica- Enfisema y Fibrosis pulmonar- Bronconeumonía y Neumonitis. Tuberculosis
Enfermedades digestivas.
Aftas en la boca- Glositis- Gingivitis- Gastritis hipoclorhídrica y autoinmune- Enteritis- Enterocolitis- Síndrome de Mala absorción- Colitis ulcerosa– Disbacteriosis Intestinal y Dispepsia putrefactiva- Colon irritable- Adenomatosis y pólipos intestinales- Hígado graso o Esteatosis hepática- Pancreatitis y Enfermedad fibroquística del páncreas- Litiasis biliar y Litiasis de glándulas salivales- Hepatitis crónica autoinmune-Constipación y Hernia.
Enfermedades Genitourinarias y Mamarias.
Litiasis (cálculos) de riñón- Insuficiencia renal, aguda y crónica- Quistes renales únicos y múltiples- Glomérulonefritis- Pielonefritis- Síndrome nefrótico y nefrítico- Cistitis y otras infecciones urinarias a repetición especialmente por Escherichia Coli y Proteus- Uretritis- Flujo vaginal por Trichomonas o Cándidas- Lesiones en cuello uterino por HPV- Fibromas o Miomas o Pólipos uterinos- Prostatitis y Adenomas de próstata- Quistes ováricos- Endometriosis- Displasia mamaria nodular y difusa- Mastitis- Enfermedad de Paget del pezón- Esterilidad femenina o masculina con componente alérgico, autoinmune, infeccioso u hormonal.
Enfermedades Neurológicas- Autoinmunes, Alérgicas y del Colágeno.
Esclerosis múltiple y otras enfermedades desmielinizantes – Esclerosis lateral amiotrófica o en placas – Lupus eritematoso sistémico- Artritis reumatoidea- Miastenia Gravis- Tiroiditis de Hashimoto y otras patologías tiroideas autoinmunes- Diabetes con componente autoinmune- Esclerodermia- Pénfigo- Retinitis pigmentaria- Hepatitis crónica autoinmune- Todo tipo de enfermedades alérgicas, incluso alergias a sustancias no componentes de lácteos ni de su adulteración- Todo tipo de colagenopatías y de enfermedades autoinmunes- Síndrome de Sjöegren- Enfermedad de Peyronet- Dermatomiositis.
Enfermedades de la Piel, Pelos, Uñas y Tejido Celular subcutáneos.
Esclerodermia- Eczemas- Psoriasis- Pénfigo- Eritema Nodoso- Vitiligo- Verrugas- Leucoplasias- Acné- Forunculosis- Abcesos- Lesiones por Herpes simple y Herpes Zoster (Culebrilla)- Micosis dérmica y ungueal (hongos) – Celulitis- Alopecia – Caspa y Seborrea- Dermatitis del pañal y otras formas de dermatitis- Sudamina- Impétigo- Cáncer de piel- Sarcoma de Kaposi- Dermatomiositis.
Dislipidemias, Enfermedades Cardiovasculares y Flebológicas.
Hipercolesterolemia- Hipertrigliceridemia y otras Dislipidemias- Arterioesclerosis coronaria, cerebral, etc.-Síndrome de Claudicación Intermitente- Várices- Adenopatías y Linfangitis- Elefantiasis- Flebitis y Tromboflebitis- Hiper o hipotensión arterial (presión alta o baja).
Enfermedades Infecciosas.
Todo tipo de infecciones bacterianas. Todo tipo de infecciones víricas. Todo tipo de infecciones micóticas (hongos)– SIDA con HIV positivo- HIV sin SIDA- Síndrome de fatiga crónica vírica- Tuberculosis-Lepra.
Enfermedades Endocrinas.
Diabetes Mellitus con componente autoinmune- Tiroiditis de Hashimoto- Hipotiroidismo- Bocio nodular y difuso.
Cáncer, Tumores benignos y Enfermedades Hematológicas
Cáncer de mama, útero, ovario, colon, páncreas, vías biliares, estómago, esófago, hígado, próstata, testículo, piel, cerebro, etc. Leucemias, Linfoma de Hodgkin y Linfomas no Hodgkin. Tumores benignos de todo tipo y localización como hipófisis- Neurinoma del acústico y de otros nervios, cerebrales, etc. Anemias ferropénicas y/o con componentes Autoinmunes. Mielodisplasias.
Enfermedades Oftalmológicas y Otorrinolaringológicas.
Además de las citadas al principio, Conjuntivitis- Otitis- Retinitis pigmentaria- Cataratas- Pterigion- Orzuelos.
Enfermedades Osteoarticulares y Reumáticas.
Artritis reumatoidea y otros tipos de Artritis- Artrosis con o sin deformidad articular- Osteoporosis- Espondilitis anquilosante- Calcificaciones anormales en articulaciones (picos de loro) y en cualquier parte del cuerpo (arterias, mamas, cerebro, riñones, vesícula biliar, glándulas salivales, etc.)
FUENTE: http://www.holisticamente.com.ar/lacteos.htm
ANALISIS DETALLADO DE LOS 12 MECANISMOS FISIOPATOLOGICOS
POR LOS QUE LOS LÁCTEOS GENERAN ENFERMEDADES:
1. Reacciones alérgicas vinculadas con sus proteínas.
Si bien las dietas muy pobres en proteínas pueden favorecer enfermedades infecciosas, porque incluso los mismos anticuerpos son proteínas y no podrían producirse adecuadamente, está demostrado que el exceso proteico también favorece estas enfermedades. Wilhelm Reich, uno de los científicos más brillantes de este siglo demostró irrefutablemente en laboratorio que la generación espontánea realmente existe. Su experiencia fue filmada y reproducida por otros científicos, incluso algunos de nuestro equipo como para que no queden dudas. Sin embargo, como este libro será seguramente muy polémico por todo lo que implica y al solo efecto de contribuir a no levantar más polvareda, para no espantar a colegas escépticos, hagamos de cuenta que la generación espontánea no existe (recordemos que no por nada Wilhelm Reich murió en la cárcel). No es necesario basarse en esto para explicar nuestra teoría con respecto a este punto, aunque sí animarse a pensar más allá de lo que le conviene a los laboratorios que venden antibióticos, antimicóticos, antiparasitarios y antivirales, solos o en cocktails on the rocks.
Hay cosas tan simples que hasta un niño podría deducir, pero que a los médicos nos cuesta mucho por toda la programación mental que nos formaron en la facultad…pero hagamos el intento ¿Cómo están constituidas las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos? Básicamente por proteínas y algunos otros nutrientes, que se necesitan para su cultivo junto a un pH adecuado (grado de acidez/alcalinidad) y una temperatura apropiada. Todo esto es variable según el germen y también (aunque lo indispensable de esto pudiera cuestionarse por lo antedicho) se requiere sembrar en el caldo de cultivo, algunos pocos gérmenes de la especie que se intente hacer multiplicar.
La otra pregunta es ¿qué hace el organismo cuando al mismo se le aporta un exceso cotidiano de proteínas? (carne de cualquier tipo, lácteos, etc.). Si fuera un exceso de grasa las acumularía como tales en el tejido adiposo en diferentes órganos, vasos sanguíneos (arteroesclerosis) tejido celular subcutáneo, etc., si fueran hidratos de carbono los transformaría en glucógeno (almidón animal) o en grasas. Pero el exceso de proteínas no es tan fácil de manejar: una parte trata de eliminarse por materia fecal, otra parte se convierte en urea y se elimina por el riñón con la orina, los aminoácidos que la componen pueden convertirse en glucosa, sobre todo para compensar caídas de azúcar sanguíneo, pero muchas veces quedan, pese a esto, excedentes que justamente sirven de caldo de cultivo para diferentes microbios, cuando el resto de las condiciones (temperatura, pH, caída de las defensas, etc.) lo permita. De acuerdo con cuáles sean esas condiciones y esas proteínas, se multiplicará un tipo de germen o bien otro tipo de los ya presentes en el organismo o eventualmente de algunos que hubieran llegado por contagio, por ejemplo. Estos microorganismos (generalmente bacterias, hongos o parásitos o a veces virus), son en otras palabras conjuntos de proteínas y otros elementos organizados en forma de organismos vivientes, que de esta manera adquieren la capacidad de abrirse paso por sí mismos para terminar eliminándose del organismo en secreciones, pus que ellos mismos hacen formar, etc.
Se ha demostrado que la leche homogeneizada, es doblemente más perjudicial para la arterioesclerosis que la no homogeneizada. La homogeneización es el proceso que permite que la grasa de la leche se subdivida en finas partículas y se distribuya homogéneamente, evitándose así la separación de la nata y el suero, para que así sea más comercial el producto. Las grasas se encierran en pequeñas partículas llamadas liposomas, que también incluyen y protegen de la digestión que normalmente harían los jugos digestivos, a un peligroso elemento llamado Factor X-O o enzima Xantino Oxidasa. Si bien esta enzima también se produce en el organismo para degradar las purinas de la dieta y convertirlas en ácido úrico, en este caso y en los lugares correspondientes (hepatocitos o células hepáticas) no provoca riesgo para el organismo. Pero este factor X-O proveniente de la leche y sus derivados que entra al torrente sanguíneo sin escollos gracias a la homogeneización de la misma, es sin lugar a dudas, el principal detonante de las lesiones de las arterias donde luego se depositarán grasas como el colesterol y los triglicéridos, plaquetas y minerales como el calcio, fibrina, etc., obstruyéndose gradualmente la luz arterial y el paso de sangre y/o endureciéndose las arterias favoreciéndose también así la hipertensión arterial en personas predispuestas. En el 7° punto de este capítulo daremos más datos sobre el factor X-O y en el de enfermedades cardiovasculares ampliaremos la información sobre lo antedicho.
Las grasas saturadas también ralentizan el tránsito intestinal y todo el mundo sabe que los quesos son, junto con la carne, los más importantes causantes de constipación o estreñimiento. Indirectamente, a través de provocar esto y de transportar toxinas liposolubles (solubles en grasas), muchas de las cuales son cancerígenas, permiten que estas toxinas por ellos acarreadas y otras no llevadas por ellos, tengan tiempo de actuar en la luz del intestino o de absorberse y afectar cualquier sector del organismo.
Esto está relacionado con el cáncer de colon y de otras localizaciones y con las afecciones hepáticas ya que el hígado capta esas toxinas que se absorbieron debido a la constipación, para intentar bloquearlas, pero a costa de producirse típicos síntomas hepáticos como cefaleas o hemicráneas, dolor en la zona del hígado, fotofobia (rechazo por la luz), contracturas musculares (sobretodo en la región cervical), náuseas, irritabilidad con o sin hipertensión arterial, etc.
Se verificó que cuando se aporta leche de vaca entes de los primeros tres meses de vida, más rápidamente va disminuyendo la producción de la lactasa intestinal. Cuando por excesivo aporte de la leche o por déficit en la producción de la lactasa, queda lactosa sin degradar, esta pasa al intestino grueso donde es atacada por la flora intestinal que la convierte en ácido láctico por putrefacción y fermentación. La mayor parte de los productos de este proceso son tóxicos e irritantes, incluyendo éteres, ácidos y algunas aminas, como la tiramina y las cancerígenas nitrosaminas. Todo esto genera una acidificación también de la sangre que se verifica en un aumento del hidrógeno en la respiración de personas que padecen este trastorno, muchas veces no diagnosticado.
Pueden producir gases, inflamación y dolor intestinal con o sin diarrea tanto en niños como en adultos que lo padecen y desaparece al poco tiempo de dejar los lácteos por completo. Al hablar de estos trastornos gastrointestinales mencionaremos también que otros hábitos pueden sumar su acción, ya que de no eliminarse éstos, quizás no alcance con dejar la leche y sus derivados para obtener una gran mejoría.
Si bien la lactosa no es alergénica, puede potenciar la acción alergénica de las proteínas de la leche vacuna. La deficiencia de la lactasa varía mucho de acuerdo con el país (entre un 2 y un 90 % de la población la padece) siendo mayor el porcentaje de gente afectada en África y Asia, pero en la raza caucásica se incrementa luego de los 13 años. Los pediatras, clínicos o gastroenterólogos que la diagnostican indican formas de leche vacuna libres de lactosa, con lo cual mejora lo concerniente a este punto, pero no lo que tiene que ver con los otros 11 mecanismos, que suelen ser peores.
Uno de los más nefastos componentes naturales de la leche vacuna, que se concentra más aún en sus derivados y que probablemente también se encuentre en la leche de otras especies mamíferas es el Factor de Crecimiento Epitelial o EGF (Epitelial Growth Factor). La vaca produce naturalmente y segrega por su leche esta sustancia destinada a estimular el crecimiento de los tejidos epiteliales del ternero. Recordemos que un ternero suele aumentar de 60 a 100 kilogramos en un año, pero un estímulo de este tipo en un bebé humano que crece mucho menos y peor aún en un adulto que ya no crece y ni que hablar si encima se aporta concentrado en quesos, cremas, dulce de leche, helados, manteca, etc., es indiscutiblemente peligroso: puede ser como kerosene para un incendio para cualquier tipo de cáncer o tumor benigno epitelial.
La mayor parte de tumores benignos o malignos del ser humano son epiteliales: no sólo los epiteliomas de la piel, sino los adenocarcinomas y carcinomas epidermoides de mamas, útero, ovario, colon, páncreas, estómago, esófago, pulmón, próstata, parótida, laringe, riñón, vejiga, vías biliares, etc., son de tipo epitelial. En casi todos estos tumores se verificó que la leche vacuna y sus derivados tienen un importante rol como factor causal y/o como detonante o facilitador de otros factores y también en otros cánceres no epiteliales por la presencia de otros factores que estimulan el crecimiento de otros tejidos que constituyen a esos diversos tumores.
En los estudios anatomopatológicos exhaustivos, se está evaluando en estos tumores qué porcentaje de las células atípicas tienen receptores para el EGF.
Lo más lamentable es que casi siempre, a una persona a la cual se le ha diagnosticado un cáncer de cualquier tipo, la gran mayoría de los médicos aún hoy le digan a sus pacientes que pueden comer de todo y en abundancia, sobre todo mucha carne y muchos lácteos, para mantenerse “fuertes” para afrontar la cirugía, quimio o radioterapia que se le haga. De esta forma lo que se ataca por un lado con la consabida toxicidad, se fortalece por el otro. Lo mismo veremos que sucede con los estrógenos que analizaremos al hablar de aditivos.
El EGF no está presente en la carne y el pollo y quizás esto sea decisivo para determinar lo que hemos descubierto en nuestra investigación: que los lácteos son más cancerígenos incluso que la carne y el pollo, aunque no por esto hablamos bien de ellos.
Además de cáncer, la otra gran causa de muerte en países como el nuestro donde prevalece el hiperconsumo en general, son las enfermedades cardiovasculares.
Muy serias investigaciones responsabilizan a la leche homogeneizada y a los productos elaborados con ellas, como el principal iniciador de estas enfermedades a través del Factor X-O (enzima xantinooxidasa) otro componente natural de la leche del cual algo hablamos en el punto 4 de este mismo capítulo.
Según el Dr. Kart Oster, autor junto a Donald Ross y a Hazle Richmond Dawkins, del libro “The X-O Factor: Homogenized milk may cause your hearth attacck”, la xantino oxidasa biológicamente activa es más importante y decisiva que el colesterol, los triglicéridos y el tabaco, en la generación de arterioesclerosis. Si bien se encuentra en forma natural en la leche vacuna y por este motivo lo analizamos en este punto, en la leche tal como sale de la vaca, el factor X-O no es biológicamente activo, salvo en un 15%, porque puede degradarse fácilmente en el estómago. Pero como dijimos en el punto 5, al homogeneizarse la leche, se hace inmune al ataque de los jugos digestivos y penetra en la sangre sin inconveniente junto a las grasas. Cuando llega a la misma, en parte es atacada por anticuerpos con lo que puede provocar los trastornos vistos en el punto 1 y 2 , pero está demostrado que por sí sola o quizás unida a estos anticuerpos circulantes que la atacan, se deposita en las capas superficiales internas de las paredes arteriales y del mismo corazón, atacando un tejido conocido como plasmológeno y produciendo la liberación de superóxido (O2) (radical libre de oxígeno), un producto muy tóxico para las células que constituyen la zona interna de las arterias. Donde se acumula XO esa zona arterial queda literalmente carcomida.
Luego esta zona empieza a endurecerse por el depósito de minerales y a continuación se depositan colesterol, triglicéridos, fibrina, calcio y plaquetas, conformando las típicas placas de ateroma que van obstruyendo las arterias de cualquier parte del cuerpo, tal como se vio en el punto 5 de este capítulo y se ampliará en el de enfermedades cardiovasculares, donde también analizaremos un tratamiento integral de estas afecciones que en muchos casos ha hecho innecesaria la siempre riesgosa solución quirúrgica de las mismas.
En muchos niños de corta edad ya se verifica también una incipiente arterioesclerosis comprobada en diferentes estudios que encuentra una lógica explicación en la cantidad y variedad de productos elaborados en base a leche homogeneizada (yogures, helados, postres, leche chocolatada, etc.) que, “con mucho amor” sus padres y pediatras los incitan a consumir cotidianamente.
8. Virus, bacterias, hongos o parásitos que transporten
Aunque el riesgo de esto sea mayor en la leche no industrializada y que no haya sido transportada conservando la cadena de frío, en las leches más procesadas, también pueden muchas veces encontrarse gérmenes patógenos capaces de generar diarreas o trastornos peores. La pasteurización consiste en elevar el producto (en este caso la leche) a 62 C° por muy corto tiempo, para matar a la flora patógena, sin matar a la flora láctica protectora, que si muere si se llega a los 100C° (esterilización).
Esta flora es la que permite que una leche se corte en unas cuantas horas o muy pocos días, protegiendo a la leche del desarrollo de otras bacterias que sí son perjudiciales. Dado que no es muy rentable para las industrias que la leche se corte, la misma suele ser tratada con productos prohibidos que se detallarán al hablar de aditivos. Esto es indudable porque aunque los códigos alimentarios de los diferentes países dejan en claro que toda leche pasteurizada, se debe cortar luego de cierto tiempo, hoy es raro encontrar una leche que se corte.
Es lógico que una leche no se corte si fue esterilizada y envasada en envases tipo tetra brick, pero en ellos se aclara que debe ser consumida inmediatamente luego de ser abierto el envase…pero esto en la práctica ¿lo hace toda la gente o deja el envase a medio consumir de un día para el otro? Además en las leches pasteurizadas no esterilizadas, los antibióticos y conservadores que se suelen agregar, inhiben el desarrollo de muchos gérmenes, pero no de todos. Con frecuencia se detectan intoxicaciones masivas por helados o por leche u otros derivados que por supuesto no suelen salir en los diarios o en la televisión, salvo que se trate de leches de pequeñas empresas a las que conviene desacreditar para evitar competencias o por razones políticas (recuérdese los famosos casos de la “leche de Vicco” y de la mozzarella contaminada) pero nunca o casi nunca se difunden por medios dominados gracias a su publicidad, las intoxicaciones masivas provocadas por productos que elaboran las más grandes empresas.
Una bioquímica de un conocido hospital detectó y reconfirmó la presencia de gérmenes patógenos en la leche de una marca líder que estaba trayendo gastroenterocolitis a todos los niños de ese hospital alimentados con esa leche. Ni bien esbozó una tenue difusión pública de lo acaecido, un equipo de emergencias de esa empresa y de las autoridades sanitarias correspondientes se hizo presente en el hospital, haciendo desaparecer esta última prueba de la leche contaminada y amenazando al Director del hospital y a ella misma como jefa del laboratorio, con que perderían sus puestos, entre otras cosas, si no admitían públicamente que todo había sido un error y que el problema no estaba en la leche. La contaminación bacteriana es uno de los aspectos que más puede lesionar la credibilidad de una marca que se difunde, por lo cual no se escatima en inundar la leche de antibióticos y conservadores como ya veremos, que si afectan, no es tanto a la corta sino más a la larga y ¿quién le va a echar la culpa a lo que comió hace muchos días, meses o años atrás?
A mediados del 2006 se conoció en la Argentina el caso de unas trillizas que murieron por tomar leche contaminada. No se dio a conocer la marca de la misma pues se trataba de una industria líder de las que más llenan los espacios publicitarios de la TV.
Como era de esperarse, a las pocas semanas, por todos los medios se desmintió que fuera la leche la causante de las muertes y se hizo creer a la opinión pública que las trillizas murieron porque sus padres las emborracharon con alcohol y que los mismos estaban prófugos siendo buscados por la Justicia y acusados de asesinar a sus hijas.
En EE. UU. se detectó un aumento de la frecuencia de aparición de salmonella, estafilococos, colibacilos y virus vinculados con la leucemia en diferentes productos lácteos. Un oncovirus parecido al HIV, relacionado con la leucemia, se descubrió en más del 20% de las vacas lecheras. Las cabras, ovejas y chimpancés alimentados con leche de vaca, tienen un índice elevado de aparición de leucemia (cáncer en la sangre).
Hay quienes sospechan que el HIV puede ser una mutación del virus leucémico vacuno, transmitido al hombre a través de los lácteos o incluso a través de las vacunas que se aplican en inyectables que vienen en un vehículo que es suero bovino (por algo las vacunas llevan ese nombre).
Los lácteos crudos presentan mayor riesgo de contaminación por diferentes gérmenes. Las toxinas producidas por estafilococos, se transmiten más a través de la leche descremada, los helados, el queso y las mantecas.
Mi dilecto amigo, el Dr. Julio Soler, brillante homeópata, quién me facilitó parte de la bibliografía para elaborar lo que está aquí escrito, estudió en profundidad el grado de presencia del bacilo de la tuberculosis en la leche.
Los aditivos están teóricamente prohibidos en la leche, no así en sus derivados, según los diferentes códigos alimentarios. Sin embargo muchas industrias lácteas tienen su sala de recuperación de leches que, como por supuesto no son oficialmente reconocidas, tienen su acceso prohibido a toda persona ajena a un reducido grupo de sus empleados. Tengo referencias de lo que allí suelen hacer, a través de pacientes que trabajan en algunas de estas industrias y que por supuesto no le recomendarían lácteos a nadie.
Las leches que ya están para descarte se tratan, una parte con soda cáustica y otra parte con antibióticos y conservadores, pero nada se pierde, todo se transforma y por esto son tan poderosas y ricas estas industrias.
Se han detectado 29 antibióticos distintos en diferentes leches. El yogur vencido suele ser tratado con antibióticos y luego sembrado con bacterias no sensibles a estos antibióticos, saborizantes, edulcorantes o azúcar y otros aditivos, con lo que se lo convierte en lo que se conoce como leche cultivada, uno de los más recientes inventos, que se venden con publicidades que hacen creer que es tan bueno o mejor que la leche materna y esto lleva a que muchas veces, lleguen a los hospitales, bebés y pequeños niños intoxicados con leche cultivada. Muchas de las enfermedades alérgicas, micosis, alteraciones de la flora intestinal, alteraciones hepáticas, e incluso el cáncer pueden estar asociadas a estos y a otros aditivos que se le agregan a los lácteos habitualmente.
A continuación se mencionan sólo algunos de los aditivos de los lácteos:
Leche: Nitratos, antibióticos.
Productos lácteos en general: Lecitina, mono y diglicéridos, alginato glicolpropileno (emulsificantes), citrato de sodio y ácido calcio pirofosfórico (secuestradores)
Leche condensada: Además de los presentes en la leche común, fosfato disódico, citrato disódico, cloruro de calcio.
Yogur: Edulcorantes, saborizantes, etc.
Postres de leche: Estabilizadores, condensadores, colorantes artificiales, edulcorantes.
Polvo para flanes y postres: ácido tartárico, cítrico, málico, fumárico, cloruro de calcio y colorantes artificiales.
Dulce de leche: Además de los de la leche, etilvainillina.
Polvo para helados: saborizantes químicos, alginato de sodio. Monoglicéridos.
Quesos (incluso untable): Propionato de calcio, propionato de sodio y ácido sórbico (antimicótico), nitrato de sodio o potasio (de los que se forman nitrosaminas cancerígenas durante el procesamiento), parafina, litrol, rubina, silicatos y sulfatos de calcio y aluminio, residuos de plástico (corteza), etc.
Las aflotoxinas son toxinas producidas por variedades de hongos llamados aspergillus flavus, parasiticus y fumigatus. Estos hongos se desarrollan enfollajes y semillas húmedas que muchas veces son utilizadas para el consumo de animales. Las aflotoxinas se han correlacionado con cánceres primitivos de hígado (hepatocarcinomas) y riñón entre otros.
Dado que son liposolubles (solubles en grasas) se concentrarían más en grasas de los animales que las consumen (pollo, huevos, carne bovina, porcina, leche y derivados). Hemos recibido referencias orales, aunque aún no las citas bibliográficas, sobre estudios que se habrían hecho en estos alimentos que habrían arrojado valores elevados. De no confirmarse estos estudios, en un futuro próximo, mandaríamos a hacer nosotros mismos estudios similares. Existiría también una variedad de contaminantes naturales de la leche, pero son de menor importancia por lo cual no los adelantaremos.
11. Contaminantes químicos o bioquímicos o físicos
Estos pueden llegar a la leche en forma accidental o por imprudencia o por tratamientos hechos a las vacas o a su alimento.
El 90% de DDT (que causa la parálisis infantil) y otros pesticidas organoclorados que comía diariamente un norteamericano tipo, hace unos años atrás, no provenía de la ingesta directa de alimentos vegetales fumigados con ellos, sino de alimentos de origen animal, que llegaron a ellos a través de la comida vegetal fumigada y que ellos concentraron en sus grasas.
Si bien su uso está prohibido desde hace un tiempo, no está prohibida su venta y se siguen usando por ser más baratos y tener una manipulación menos peligrosa que los organofosforados. En nuestro país se evitan para los productos que van a exportación, pero para el mercado interno sigue rigiendo el “ojo que no ve, corazón que no siente” y el “hecha la ley, hecha la coima”.
El Profesor Antonio Elio Brailovski, considerado por muchos el ecologista número uno de la Argentina, presentó el 30/6/06 una denuncia ante la Justicia Argentina, sobre la presencia en el 90% de las leches, incluso maternizadas, destinadas a bebés recién nacidos, yogures y otros lácteos, de altas concentraciones de DDT y otros pesticidas órganoclorados prohibidos en todo el mundo, incluso en la Argentina, por su gran toxicidad. Esto tuvo una casi inexistente repercusión periodística, enseguida desactivada, por industrias lácteas auspiciantes, pese a que se trataba de un indiscutible estudio hecho en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires
La lista de pesticidas, fertilizantes, herbicidas y otros agroquímicos con los que se tratan las pasturas y forrajes, que pueden encontrarse en las leches comunes, es muy extensa.
Muchos de ellos son demostradamente cancerígenos y suman o potencian su acción entre ellos y con otras toxinas de los lácteos, de otros alimentos y del medio ambiente.
La eliminación de agroquímicos es una de las pocas ventajas que tienen las leches orgánicas o ecológicas certificadas. La mayor parte de los otros mecanismos de generación de enfermedades siguen estando también en ellas.
12. Robo de nutrientes (calcio y otros minerales y vitaminas) e inadecuada proporción calcio/fósforo
Según investigaciones de Agatha y Calvin Trasch, el consumo habitual de leche vacuna y sus derivados, acrecienta la necesidad y con esto desgasta las reservas de vitamina A, zinc, hierro, calcio y vitamina B12. Esto predispone a déficit inmunológico con todo lo que esto implica, anemia y descalcificación.
Las proteínas de la leche, por lo que enseguida explicaremos, pueden robar potasio, magnesio y vitaminas del complejo B, además de calcio. La proliferación bacteriana anormal que los lácteos generan en el intestino interfiere en la absorción de calcio y de hierro, haciéndolos perder.
Los elevados contenidos de pesticidas y herbicidas presentes en las leches comunes (no así en las orgánicas o ecológicas) acrecientan la demanda de ciertos nutrientes que deben gastarse para ayudar a la eliminación de sustancias tóxicas.
El pH (grado de acidez/alcalinidad) normal de la sangre, aproximadamente es de 7,2 o sea, levemente alcalino. Los lácteos, como cualquier alimento muy proteico, producen una acidosis transitoria y para compensarla se segrega calcio y otros minerales de los huesos en principio, y de otros sectores del organismo secundariamente. A nivel del estómago, aunque calmen los síntomas de la gastritis, la úlcera o la simple acidez gástrica, por las sustancias mucosas que contienen, los lácteos estimulan paradójicamente la secreción de ácido clorhídrico, aumentando las causas de úlcera, gastritis o acidez. Esas sales del calcio y otros minerales recién descritas, no sólo van a compensar la acidosis de la sangre, sino también la acidez gástrica que las proteínas provocan, pero el precio es el balance negativo de calcio y otros minerales que los lácteos producen, pues es más lo que excretan del organismo que lo que aportan. Estos minerales son eliminados por materia fecal, colaborando también con la generación de constipación y por los riñones, favoreciéndose la formación de arenillas urinarias, cristales de oxalato de calcio en orina y a la larga cálculos renales, además de depósitos anómalos de calcio y otros minerales, tal como se describió en el punto 4 de este capítulo.
Además, los compuestos nitrogenados que resultan de la digestión y metabolismo de las proteínas en exceso, pueden ser una pesada carga para los riñones.
Está demostrado que una dieta con muchas proteínas (carnes, lácteos, etc.) afecta el filtrado glomerular y con esto altera la función principal de los riñones (formar orina y depurar la sangre). Además produce amoníaco, compuesto que aumenta el riesgo de carcinogénesis intestinal. Además la proporción de calcio con respecto al fósforo que tiene la leche vacuna y sus derivados, es inadecuada porque presenta sólo 1,2 partes de calcio por 1 parte de fósforo, y el cuerpo absorbe y aprovecha bien el calcio cuando la tasa calcio/fósforo es de 2 por 1.
El exceso de fósforo de los lácteos, se combina con el calcio en los intestinos y disminuye la absorción del primero. Este exceso de fosfatos es una de las múltiples causas por las cuales los lácteos indudablemente producen osteoporosis, en vez de evitarla como se suele creer, según se demostrará al hablar de enfermedades osteoarticulares (el proyecto Cornell de la Universidad de Cornell, de Oxford y del Ministerio de Salud de China, el más importante estudio de nutrición de la historia, demostró esto sin lugar a dudas).
Un estudio de la Univ. de Harvard, sobre 72.000 enfermeras, seguido durante 12 años, reveló que quienes tomaban diariamente 1 vaso ó menos de leche y sus derivados o directamente no los incorporaban para nada, tenían mucha menos incidencia de fracturas de cadera y osteoporosis que quienes tomaban 2 ó más vasos de leche diarios, más sus derivados
Las carnes rojas procesadas, las papas fritas comerciales, la fruta enlatada y las bebidas gasificadas (sobre todo bebidas de cola), contienen también un exceso de fósforo (a éstas se las agrega ácido fosfórico que genera más sed y aumenta el consumo, potenciando su efecto droga).
FUENTE:
www.holisticamente.com.ar/lacteos.htm
Publicado en VOLVER A LA VIDA, Manual de terapias para enfermos con problemas de movimiento (Esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer, Apoplejía, Parálisis cerebral,…) por deferencia del médico oncólogo Dr. Jorge Valentín Esteves, Argentina.
Autora: Rosa Montserrat Ferré
Editorial Cultiva, www.cultivalibros.com, [email protected]
Nota:
Revisando las sugerencias dietéticas por el Dr. Demetrio Sodi Pallares, llama la atención que él recomienda la suspensión de lácteos ya que son una fuente de SODIO !! Como algunos (as) de los (las) lectores (as) recordaran que su tratamiento holístico de dieta (rica en POTASIO) magnetoterapia, soluciones polarizantes, es bastante eficaz para enfermedades crónicas y degenerativas.
Juan Manue Martínez MD.
Para saber un poco más: