El Segundo Guardián De La Salud.



Sir William Osler comentaba al principio del siglo pasado, “Si Usted le da al paciente el tiempo suficiente  él le dará el diagnostico a usted y si usted continua escuchándolo cuidadosamente, él probablemente le indicara cual es su mejor tratamiento.  Déjelo hablar”
Este pequeño librito es para los pacientes, informarlos y educarlos.  Que sirva de guía informativa, de tratamiento integral, de apoyo a los tratamientos ya instaurados.  Cualquier comentario es bienvenido. 


LA TIROIDES es la glándula endocrina que regula el metabolismo de la mayoría de las células corporales y afecta casi todos los tejidos del cuerpo. La Tiroxina (T4) es fisiológicamente inactiva, tiene que ser convertida a su forma activa, la triyodotironina (T3) para que pueda ejercer sus efectos. Aunque no mas del 20% de T3 es producida por la glándula tiroidea, el restante, es producido en el hígado, la mayoría de ésta se convierte en T4 por la acción de la enzima deyodinasa encontrada en la mayoría de los tejidos corporales. 


La deyodinasa se sintetiza a partir de selenium y el aminoácido cisteina. Muchas condiciones contribuyen a la pobre conversión  de T4 a T3, se incluyen:  


·         edad avanzada, deficiencias de vitaminas y minerales, intoxicación por metales pesados (por ej. mercurio, cadmio, níquel, plomo), insuficiencia suprarrenal, medicamentos comúnmente prescritos como píldoras para planificar, estrógenos sintéticos y beta-bloqueadores (1), (2) la amiodarona, el propiltiouracilo, los glucocorticoides  (corticoides), a dosis farmacológicas inhiben la deyodinasa.

Requerimientos diarios de vitaminas y minerales para una adecuada función  de la tiroides

Vitamina A 5000 – 10,000 UI, vitamina E ( debe ser solamente alfa-tocoferol, ó natural, a veces se pude conseguir gamma, delta, beta tocoferoles ) 400- UI al día, vitamina C ( 2 gramos al día como mínimo), niacinamida ó vitamina B3 (50mg), piridoxina o * vitamina B-6 (50mg), * cianocobalamina o vitamina B-12 (1000 microgramos),  * biotina (5.000 mcrg), vitamina D3, 800 UI de vitamina D diariamente, ) y minerales magnesio 500mg por día mejor al acostarse, el carbonato, glicinato y citrato son buenas fuentes de este valioso mineral, el calcio de coral es muy bueno. [(yodo (100 mcrg (micro-gramos por día) es útil en algunos pacientes, sin embargo su exceso boquea el funcionamiento de la tiroides], selenium 200 mcrg (micro-gramos) por día, zinc (10  a 20 mg, con 1 mg de cobre, para una adecuada función tiroidea es necesaria tal relación zinc-cobre, otros no menos importantes pero que se requiere en una cantidad de trazas son: arsénico, azufre, calcio, fluor, fósforo, manganeso, magnesio, mercurio, silicio, sodio; aminoácidos tirosina, L-cisteina.    Además, la exposición a los rayos solares de 7-8 AM o de 4-5 PM por cortos periodos asegura una adecuada cantidad de Vitamina D y una adecuada eficiencia metabólica.




* La levadura de cerveza es una formidable fuente de vitaminas del complejo B

Una dieta rica en proteína de origen animal – vegetal, frutas frescas bien maduras como naranja, mandarina, guanábana, chirimoya, papaya, banano, mango, manzana, pera etc. Verduras de lenta absorción como zuccini, cebolla, ajo, pimentón, lechuga, alcachofa, zanahoria rallada con vinagre blanco o de frutas con limón y aceite de olivas extravirgen aseguran un adecuado mantenimiento de la glándula tiroides y de sus “gemelas funcionales” las glándulas suprarrenales.  La exclusión de los aceites poli-insaturados (girasol, maíz, cártamo, soya, ajonjolí) y los omega 3 y 6 es imprescindible, su uso y continuo asegura un envejecimiento metabólico prematuro.  (Dr. Peat, comunicación personal)  

La cantidad de glucosa en las células hepáticas regula la enzima que convierte T4 a T3. Esto significa que si hay hipoglicemia ó diabetes (en ambas situaciones la glucosa no entra las células eficazmente) causarán un enlentecimiento de la glándula tiroides, y la T4 no puede convertirse en T3.  Cuando una persona está ayunando, al principio las reservas de glicógeno hepático proporcionarán la glucosa para mantener la producción de T3.  Cuando el glicógeno se agota, el  cuerpo entonces opta por la disolución de los tejidos para proporcionar la energía.  Los ácidos grasos movilizados interfieren con el uso de la glucosa, y ciertos aminoácidos como el triptófano suprimen la glándula tiroidea. El comer los carbohidratos (sobre todo las frutas maduras: jugo de naranja, guanábana, mango, banano con pintas café, banano bocadillo, papaya madura, chirimoyas, mandarina, patilla, mandarina, patilla, kiwi, maduro, higos, limones, mangos, maracuya, fresas) le puede permitir el hígado reasumir su producción de T3. (3)

La  T3 regula el crecimiento y desarrollo, el equilibrio electrolítico, el metabolismo oxidativo, la diferenciación durante el crecimiento celular, el metabolismo de los hidratos de carbono, el metabolismo proteico, el consumo del oxígeno tisular, la degradación de las grasas, la fertilidad y – la más importante función, la tasa metabólica basal –, la  velocidad a la cual se realizan las reacciones bioquímicas que tienen lugar en todo el organismo. Durante las enfermedades o dolencias, infecciones, trauma y fiebres la producción de T3  disminuye.  Muchas veces es necesaria la adición de cynomel ó triiodotironina en tales condiciones para asegurar convalecencias cortas y la recuperación total de los pacientes.  En un individuo sano, la producción de T3 es de 4 a 5 microgramos cada hora.  La T3 se convierte a T2 a nivel celular – mitocondrial- y la T1 probablemente no tiene actividad fisiológica. (3)

“La Tiroides activa la Citocromo oxidasa, la enzima que regula la respiración celular. Todo depende de la respiración, entonces la tiroides es esencial para toda clase de actividad celular (3)

Extracto del libro:

La Tiroides El Segundo Guardián de La Salud


Juan Manuel Martínez  MD. e Investigador  Septiembre de 2004