Existe un pandemia a nivel mundial y es la deficiencia crónica y severa de esta fabulosa vitamina o más bien pro-hormona, la vitamina D3, debido al alarmismo de los gremios, el médico entre otros, se ha “satanizado” la exposición a los benéficos, saludables e imprescindibles rayos solares, sin éstos la vida en el planeta tierra no seria posible.
Se describe el caso de un hombre de 61 años años que presenta fatiga y somnolencia en las tardes dos meses antes de consultar, se realizaron exámenes paraclínicos, electrocardiograma, ecocardiograma de estrés y no se encontraron alterados, cuando se le midió la concentración sanguínea de dicha pro-hormona se encontró 18.4 ng/dl el cual es muy bajo, se inicio tratamiento supletorio con vitamina D3 50.000 UI a la semana por 8 semanas y luego 1.000 UI al día. A las dos semanas de iniciar este regimen comenzaron a mejorar los síntomas con resolución a los 3 meses de inicio de la suplencia de vitamina D3.
Es conveniente monitorizar la vitamina D3 en pacientes con somnolencia vespertina, fatiga y dolores musculares no específicos como factores de riesgo para dicha deprivación de este noble y extremadamente necesario suplemento, la vitamina D3.