El trauma es fisiológico

La clave para curar los síntomas traumáticos en los seres humanos reside en nuestra fisiología, los seres humanos y los animales utilizamos, ambos, la respuesta de la inmovilización, es involuntaria, esta respuesta reside en la parte primitiva, instintiva, de nuestro cerebro y de nuestro sistema nervioso, y que no se encuentra bajo un control consciente, nuestro cerebro, a menudo definido como tríada, consiste en tres sistemas integrales.

1.- el cerebro reptil (instintivo), 

2.- el cerebro mamífero o límbico (emocional)

3.- el cerebro humano o neocórtex (racional).

*De la forma en que algunos animales, como el impala, evitan el trauma. la clave para la curación de los síntomas traumáticos en los seres humanos reside en nuestra capacidad de representar la fluida adaptación de los animales salvajes cuando se sacuden y salen de la respuesta de inmovilización para volver a moverse y a funcionar plenamente.

Nota. Evitar el trauma, como lo hacen los animales

La memoria genética de que hemos sido presas fáciles ha persistido en el cerebro y el sistema nervioso.                                       

Para el animal humano, la frontera no está tan clara. Cuando se enfrenta a una situación que amenaza su vida, nuestro cerebro racional (neocórtex) puede sentirse confundido y pasar por alto nuestros impulsos instintivos, la confusión humana que sobreviene cuando contemplamos la muerte cara a cara es capaz de convertirnos en piedras. Nos quedamos “congelados” de miedo, y esta paralización resultará en la creación de síntomas traumáticos.

Se trata de la energía

Los síntomas traumáticos no están causados por el mismo suceso que los “desencadena”. Es consecuencia del residuo de energía congelado que no ha sido resuelto ni descargado, este residuo permanece atrapado en el sistema nervioso, donde es capaz de provocar estragos en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu.

Los síntomas alarmantes, debilitantes, a menudo extraños y de larga duración del TEPT (Trastorno Estrés Post Traumático), se desarrollan cuando no somos capaces de completar el proceso de entrar, atravesar y salir del estado de ”inmovilización” o “congelación”.

Un ser humano amenazado (o un impala) debe descargar toda la energía movilizada para enfrentar esa amenaza o se convertirá en una víctima del trauma. Esta energía residual no desaparece así como así, en la naturaleza, los animales descargan toda su energía comprimida y raramente desarrollan síntomas nocivos. Cuando no somos capaces de liberar estas fuerzas poderosas, nos convertimos en víctimas del trauma.

…el trauma resuelto es un gran don, nos devuelve al mundo natural del flujo y del reflujo, de la armonía, del amor y de la compasión.”  Tomado de

Experiencia Somática leer aquí

Peter Levine – Somatic Experiencing®